Características de una buena silla de oficina

Ahora no eres consciente, pero la mala higiene corporal y el excesivo sedentarismo al que estás expuesto durante tu jornada laboral en la oficina daña tu salud. La columna vertebral pierde su alineación natural tras permanecer por mucho tiempo en una postura incorrecta, lo que provoca todo tipo de dolencias. Razón por la que es imprescindible armarse de un buen modelo de silla con la que trabajar cómodamente sin pensar en posibles futuras secuelas. ¡Descubre cuáles son las características de una elección ideal!

¿Qué propiedades son importantes para elegir tu silla de oficina?

Debe ser un diseño que se adapte a ti. A la hora de adquirir esta pieza, lo idóneo es que sea totalmente regulable. Es decir, que te permita cambiar la altura de asiento, el respaldo y los reposabrazos. Además, debe admitir la movilidad y el giro.

Una de las consideraciones que debes tener para optar por una postura correcta es tocar el suelo con los pies. Eso sí, sin ejercer una presión excesiva en la parte inferior de los muslos.

Características de una buena silla de oficina

El respaldo tiene que proporcionar un apoyo correcto para tu espalda. Este elemento está ahí por algo, de poco sirve estar presente si no cumple su función de mantener tu espalda erguida. Por otro lado, se recomienda la posibilidad de regular la altura del respaldo o, en su defecto, el área más saliente de la curvatura lumbar.

La capacidad de regular la profundidad del asiento. Es una característica ideal para aquellas personas que cuentan con una altura distinta. De este modo, podrán apoyarse más cómodamente en el respaldo.

Tiene que ofrecer seguridad. Evidentemente, una silla de oficina no puede suponer ningún riesgo, incluso en las posturas “límite” que puedas optar: desde estar sentado en el borde delantero hasta una posición de máxima inclinación en el respaldo.

Si quieres un plus de seguridad, ármate con el modelo que cuenta con ruedas “autofrenadas”. De este modo, evitarás el desplazamiento fortuito de la silla en cualquier momento. ¡Más vale prevenir que curar!

Debe ofrecer una posición dinámica. Una vez que te sientes en tu silla de oficina, esta ha de adaptarse a tus movimientos, no tú a ella.

Reposabrazos regulables. Como bien sabrás, estos elementos sirven para dar apoyo y descanso a tus extremidades. No obstante, no reducirán tu sensación de fatiga si sus medidas no son suficientes. Por otro lado, su longitud debe ser algo menor que la del asiento. De no ser así, te impedirán acercar la silla hacia la mesa.

Contar con un asiento mullido, no excesivamente blanco. Los bordes han de disponer de una curvatura adecuada para no oprimir las piernas y no obstaculizar la circulación de la sangre.

Ahora que ya cuentas con unas buenas recomendaciones, es hora de elegir la silla de oficina perfecta para ti. ¡Sigue nuestros consejos y ármate de un buen asiento!

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